Reflexiones de Cine #1

Ovnis, extraterrestres y vida más allá del espacio

Fotograma de "Plan 9 del espacio exterior" (Ed Wood, 1959)

En esta nueva sección que inauguramos hoy, llamada «Reflexiones de Cine», nos alejamos por un momento del formato de noticias para dar paso a una columna editorial, una suerte de espacio de opinión y análisis libre donde exploraremos temas específicos y su impacto tanto en el cine (su lado artístico y narrativo), como en nuestra realidad y coyuntura social (su lado periodístico y reflexivo).

Para dar inicio a esta sección, elegimos un tema universal que ha fascinado a generaciones: los OVNIs, extraterrestres, alienígenas… o, como les decían nuestros padres, «los marcianos». Un tema que no solo ha definido gran parte del imaginario de la ciencia ficción en el cine, sino que también está profundamente anclado en nuestra cultura contemporánea.

¿Por qué este tema?

Además de ser uno de mis favoritos personales desde la infancia, también hay una razón geotemporal para abordarlo hoy: hace apenas tres días, el 2 de julio, se conmemoró el Día Mundial del OVNI, en recuerdo del famoso Incidente Roswell ocurrido en 1947. Aquella vez, un supuesto platillo volador se estrelló en Roswell, Nuevo México, lo que desató una oleada de teorías conspirativas, sospechas gubernamentales y el inicio de la ufología moderna como fenómeno de masas.

Periódico del día el incidente Roswell (1947)

El Día Mundial del OVNI busca generar conciencia sobre el estudio serio de los Fenómenos Aéreos No Identificados (FANIs), promover la divulgación de documentos oficiales, y también celebrar la fascinación por lo desconocido.

Este tema ha sido tratado en infinidad de películas, series y hasta obras teatrales. Basta recordar la mítica anécdota de Orson Welles, quien alarmó a miles de oyentes en Estados Unidos con su adaptación radial de «La guerra de los mundos» en 1938. Como muchos sintonizaron la emisión tarde, se perdieron el aviso de que todo era ficción, lo que provocó un verdadero pánico colectivo. Paradójicamente, este hecho llamó la atención de RKO Pictures, que le dio carta blanca a Welles para dirigir su primera película: así nació Ciudadano Kane.

Orson Welles en su programa radial (1938)

Sin aliens, ¿no habría habido cine moderno? Para pensar

Ciudadano Kane (1941), considerada el inicio del cine moderno.

Desde los primeros años del cine, el concepto de vida extraterrestre ha estado presente. Desde el «Viaje a la luna» de Georges Méliès (1902), pasando por la delirante «Plan 9 del espacio exterior» de Ed Wood, hasta obras recientes como «Arrival» de Denis Villeneuve. En cada década, los alienígenas han representado algo diferente: el miedo a lo desconocido, la amenaza externa, la posibilidad de redención o incluso el espejo de nuestra propia humanidad.

Viaje a la Luna (1902. Georges Méliès)

Generalmente, la tendencia en el cine ha sido mostrar al alien como villano. Basta con mencionar sagas como «Alien», «Depredador», «The Thing», «Invasion of the Body Snatchers», «They Live!», «Mars Attacks!», «The Stuff» o «Killer Klowns from Outer Space». La lista es interminable. En ellas, lo extraterrestre equivale a lo monstruoso, lo que hay que combatir.

Invasion of the Body Snatchers (1978)

Sin embargo, no siempre es así. También existen representaciones donde el alien no es ni villano ni amigo, sino una figura casi espiritual. El ejemplo más clásico es «El día que la Tierra se detuvo», donde la famosa frase «Klaatu barada nikto» simboliza paz, aunque primero fue malinterpretada como amenaza. O películas como «Encuentros cercanos del tercer tipo», donde la música sirve como lenguaje universal entre humanos y alienígenas.

El día que la Tierra se detuvo (1951)

A veces, los extraterrestres también son retratados como embaucadores: aparentes aliados que en realidad esconden intenciones oscuras. Como en el clásico episodio de «The Twilight Zone» titulado «To Serve Man», donde un libro que supuestamente enseña a «servir a la humanidad» resulta ser un recetario de cocina… para cocinar humanos.

Serie: The Twilight Zone. Episodio: To Serve Man (1962)

La dualidad de la representación es evidente: o nos destruyen, o nos iluminan. O son monstruos, o son ángeles del espacio.

Encuentros cercanos del tercer tipo (1977. Steven Spielberg)

Pero muy pocas veces hay un punto medio.

Cocoon (1985. Ron Howard)

Desde «Cocoon» hasta «Día de la Independencia», desde «IT» hasta «Señales», los alienígenas han sido tratados de formas infinitas. Y aunque no hay espacio para mencionarlos a todos, la gran pregunta que cierra esta reflexión es: Cuando lleguen (porque eventualmente lo harán), ¿quién habrá tenido razón? ¿Spielberg con sus criaturas cálidas y amistosas, o Ridley Scott con sus pesadillas biomecánicas?

Esperemos que, cuando ese día llegue, tengamos a la mano nuestras películas favoritas para prepararnos, aunque ninguno de nosotros sea un experto en lenguas como en «Arrival».

Señales (2002. M. Night Shyamalan)

Cierro con una frase de «Hombres de negro» que resume esta inquietud con sabiduría:

«Hace 1500 años, todos sabían que la Tierra era el centro del universo. Hace 500 años, todos sabían que la Tierra era plana. Y hace 15 minutos, tú sabías que los humanos estaban solos en este planeta. Imagina lo que sabrás… mañana.»

Vale la pena pensar en ello. Reflexionar. Cuestionar. Y por supuesto, seguir viendo cine.

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